Un nuevo día de ensayo y las chicas del handball copan el microestadio de la Universidad Nacional de La Matanza. De un lado de la cancha se entrenan las juveniles y las juniors. En la otra mitad, las mayores cumplen con una nueva práctica. El pasado fin de semana, el Verde venció en el clásico del oeste frente a Laferrere y el ánimo es el mejor. En un costado del rectángulo, Gastón Layus y Giselle Pintos, los entrenadores, observan y corrigen a las chicas.

En un alto del ensayo, María Victoria Sala Aguilar (20 años, arquera), Natalia Delvalle (19, lateral) y Yanina Molina (23, extremo y pivot) se aprestan para conversar con El1 Digital. Ellas son jugadoras del equipo de Primera de la UNLaM que transita por las últimas fechas del torneo clausura del metropolitano, certamen al que regresaron después de jugar en las últimas temporadas del Promocional. “Estamos en la quinta división y es un gran paso que dimos, porque el torneo es muy más competitivo, hay más roce y nos sentimos más cómodas, aunque nos falta mucho todavía”, comenta Delvalle, quien se incorporó al equipo en 2016, al mismo tiempo que comenzó el curso de ingreso en la Universidad para seguir la carrera de Profesorado de Educación Física. “Jugué básquet, hockey, pero cuando empecé a jugar handaball, dije: ‘Esto es lo mío’. Me encantó. El roce e ir al choque me fascinan. Cuando juego me despejo; tengo la pelota en la mano y me olvido de todo”, indica.

"Nos falta mucho todavía, pero estamos orgullosos de lo que conseguimos", expresó Layus.

“Podemos decir que somos un equipo nuevo, porque, como todos los años, se fueron muchas chicas. Yo creo que ahora no se van a ir tantas porque el proyecto está bueno. En el apertura no nos salieron las cosas porque no nos conocíamos, pero con el paso de los partidos fuimos conociéndonos y en el clausura eso se notó por los resultados”, dice Sala Aguilar, arquera desde hace un año, cuando se fue la anterior guardameta. “Siempre me gustó atajar, de chiquita, pero cuando vine acá, hace cinco años, empecé a jugar de lateral. Y cuando nos faltó una arquera, dije: ‘Yo voy’”, cuenta la estudiante de 2° año de Administración de empresas. “Estoy más tiempo acá en la Uni que en mi casa. Hoy vine a las 11 y me iré tipo 22. Pero me encanta estudiar y jugar, lo tomo como un hobby, y vengo a divertirme”, sostiene.

Molina, en tanto, quien cursa el 4° año del Profesorado de Educación física y hace un lustro que juega para el Verde, sostuvo: “El torneo es más competitivo porque hay de todo. Por ejemplo, hay que equipos que tienen chicas como nosotras, y otros que tienen jugadoras más experimentadas que jugaron en la Liga, entonces se nota la diferencia”.

¿Qué objetivos se pusieron para la próxima temporada?
ND: Consolidar el equipo y corregir los errores que cometimos en esta temporada, que fueron más los de la primera parte del año. Hay veces que jugamos en caliente y tenemos que empezar a hacerlo con la cabeza fría. Nos calentábamos mucho entre nosotras o con los árbitros. El juego lo tenemos, nos entendemos bastante.
MVSA: Sí, lo mejor sería mantener el equipo para el año que viene. Hasta ahora nos vino faltando constancia. En el primer torneo no nos fue bien, pero en el segundo avanzamos muchísimo. Es como que comenzamos de nuevo. Esperemos que el año que viene continuemos como hasta ahora.
YM: Se logró la unión, que antes no estaba. Empezamos a jugar mucho en equipo y eso se nota. La llegada de Giselle (NdeR: Pintos, que además de ser entrenadora en la UNLaM a partir de este año, es la DT de la Selección Argentina juvenil) fue fundamental, nos hizo ver las cosas de otra manera.

El gran capitán
Gastón Layus, ex arquero de River y de la Selección Nacional de handball, ingresó a la UNLaM en 1999 y presentó un proyecto para desarrollar la actividad en la Casa de Altos Estudios. A partir de allí, comenzó a construir un espacio en el que hoy, cientos de chicas, disfrutan y compiten cada semana. “Hemos ido creciendo año tras año y estamos orgullosos de lo que conseguimos. Nos falta mucho todavía. Por ejemplo, nos cuesta mucho diferenciar los entrenamientos, porque todavía entrenan juntas juveniles, junior y mayores. Necesitamos otra estructura. Cuando tengamos más espacio, vamos a crecer aún más y hasta podemos pensar en sumar una tira masculina”, explica Gastón.

Con respecto al salto de categoría de las chicas a la quinta división del torneo metropolitano, Layus analiza: “Es una categoría muy dura y fue un cambio grande, porque si bien pueden haber similitudes entre una categoría y la otra, lo que cambia es el nivel de las jugadoras. Es muy competitiva la categoría. Las chicas entendieron el mensaje que era laburar, laburar y laburar, y eso se vio en los resultados, donde por ahí en el apertura perdimos por diez tantos y en el clausura, en el mismo partido, caímos por uno o dos. Pero fue un año muy bueno, donde el objetivo era consolidarnos como grupo, que en eso la incorporación de Giselle (Pintos) fue fundamental”.